Podemos ya había encontrado su techo electoral, y el desgaste político de estos últimos dos años ha llevado a la formación morada no solo a estancarse, sino a ir progresivamente perdiendo apoyos y votos en las urnas, cuando hace solo unos años parecía iban a comerse el mundo.
Fue de hecho en 2014, cuando emergió Podemos como fuerza alternativa al bipartidismo, para en última instancia terminar pactando con los socialistas en pos de desalojar a la derecha de las instituciones. Dos contra uno.
La llegada de Ciudadanos significó para el régimen el consolidar de nuevo el sistema bipartidista, teniendo ahora como única novedad la necesidad de pactos entre las nuevas fuerzas emergentes a izquierda y derecha. Dos contra dos.
Y en eso, llegó VOX. Volviendo a desequilibrar la balanza. Las elecciones andaluzas, son el claro anticipo de lo que está por llegar en los próximos comicios. Tres contra dos. Sin VOX hubiera sido imposible desalojar al PSOE de la Junta. No lo había logrado el PP y antecesores en cuarenta años con campañas millonarias, menos lo iba a hacer esta vez. La teoría de las balanzas ha resultado fundamental para decantar la victoria de las derechas en Andalucía. Y así parece se va a suceder en toda España.
¿Que significa la llegada de la plataforma de Iñigo Errejón?
Simplemente el intento de volver a equilibrar la balanza. Buscar el tres para tres. Podemos no iba a captar ya el voto de los ciudadanos españoles, aún sacando la rojigualda. No engañarían ya a nadie. En cambio, aún mantiene una gran bolsa de votantes de izquierda extrema que seguirán ciegamente a su líder hasta el fin, sea en un pisito de Vallecas o en un chalet de Galapagar.
Simplemente el intento de volver a equilibrar la balanza. Buscar el tres para tres. Podemos no iba a captar ya el voto de los ciudadanos españoles, aún sacando la rojigualda. No engañarían ya a nadie. En cambio, aún mantiene una gran bolsa de votantes de izquierda extrema que seguirán ciegamente a su líder hasta el fin, sea en un pisito de Vallecas o en un chalet de Galapagar.
Por ello, la entrada en escena de Errejón es simplemente un movimiento táctico. Se pretende captar el voto de los españoles que puedan simpatizar con las ideas originales que vendió Podemos, como la lucha de la clase trabajadora, la defensa de los derechos sociales, la oposición a los desahucios... pero que no consiente el apoyo a los independentistas, las luchas superfluas, los compadreos con terroristas.


Ahora Errejón, presenta su proyecto aludiendo al patriotismo, a recuperar la ilusión, a la vuelta de no somos de izquierdas ni de derechas, somos los de abajo contra los de arriba. Las encuestas cocinadas parecen darle además buen trozo del pastel. Nos encontramos de nuevo en el mismo punto de siempre, el eterno bipartidismo que pretende convertirse ya en monstruo de tres cabezas.
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